Sedimentos en las profundidades oceánicas. Parte 2: corrientes termohalinas que dan forma al fondo marino

En la Parte 1 diferenciamos entre (1) corrientes relacionadas con mareas en aguas marinas poco profundas y (2) corrientes sedimentarias puramente gravitacionales. Podríamos agregar que las primeras son periódicas, ya que están controladas por el efecto de los campos gravitacionales de la Luna y el Sol sobre el agua oceánica mientras la Tierra gira, mientras que las últimas son corrientes ‘espontáneas’ impulsadas por el campo gravitacional de la Tierra sobre sedimentos y rocas, con una duración e impacto espacial impredecibles.

Ambos tipos de corrientes erosionan y depositan sedimentos en el fondo marino, pero estos no son los únicos tipos de corrientes en el océano que pueden hacerlo. Las corrientes termohalinas también pueden hacerlo. Estas corrientes son movimientos de ‘masas enormes’ de agua de mar impulsados por la gravedad. Como su nombre indica, la temperatura (termo) y la salinidad (halina) del agua de mar son los elementos clave que promueven el movimiento del agua. Hablando simplemente: cuanto más fría y más salada esté el agua, más densa será, y eventualmente el campo gravitacional de la Tierra la moverá a una posición más cercana al centro de la Tierra; es decir, al fondo marino (ver los aspectos clave de las corrientes termohalinas en la Tabla 1).

Las corrientes termohalinas ocurren a cualquier profundidad del agua. Pueden comenzar en la superficie del mar, como el llamado “proceso de cascada de agua densa de la plataforma” (Canals et al., 2006), y se han observado en las partes más profundas del océano, como en las trincheras de zonas de subducción (Thomson et al., 2010). Las corrientes termohalinas todavía no se comprenden bien, ya que están conectadas a un sistema complejo que integra la dinámica de la atmósfera y del océano. La acción combinada del estrés del viento y el efecto Coriolis sobre la superficie del mar produce una serie de grandes remolinos llamados giros oceánicos. Estos giros también están conectados con la formación de corrientes globales de afloramiento y hundimiento que llegan al fondo marino (ver Figura 1).

Figura 1 Circulación termohalina global
Esta proyección de Mollweide de la Tierra muestra una simplificación de las corrientes globales de superficie y subsuperficie y las áreas donde el agua se hunde (formación de agua profunda) o asciende (afloramiento) a la superficie debido a diferencias de densidad. Fuente: Rebesco et al. 2014.

Si nos sumergiéramos a profundidades abisales donde ocurren las corrientes termohalinas, veríamos ondulaciones y surcos de cualquier tipo (ver Tabla 1). Sin embargo, a una escala mucho mayor, estas corrientes crean geometrías estratificadas que pueden ser similares a algunos sistemas de canales submarinos formados por corrientes esporádicas impulsadas por gravedad causadas por colapsos de sedimentos y rocas en áreas relativamente cercanas a las costas. Las corrientes termohalinas también crean canales y depósitos de sobrebanco análogos a los diques de canales conectados a márgenes continentales. Estos son comparativamente mucho más grandes y típicamente formados por sedimentos más finos.

Figura 2 Las rutas de las corrientes termohalinas del Golfo de Cádiz.
La figura de la izquierda muestra los continentes en negro y el océano en azul. En azul oscuro, los canales termohalinos donde las corrientes del Mar Mediterráneo se mueven hacia el oeste. La figura de la derecha muestra una sección sísmica del canal más septentrional y el depósito tipo dique creado por la corriente termohalina, denominado Faro Drift (A-B en la figura anterior).

Algunos canales termohalinos están conectados tanto a canales de márgenes continentales como controlados por caminos de marea regionales. Una de las áreas más estudiadas de este tipo es el Golfo de Cádiz (Figura 2).

Cualquiera puede imaginar cuán importantes pueden ser estas corrientes termohalinas en la evolución del clima global. Se piensa que estas corrientes juegan un papel crucial en el control del clima global. Sin embargo, su impacto en los procesos físicos y químicos oceánicos no se conoce bien. Por lo tanto, todavía está en discusión cuáles son los efectos del cambio climático antropogénico en las corrientes termohalinas y cómo interactúan con los sistemas geológicos y biológicos de las profundidades marinas. La investigación es la clave.

Más sobre los vínculos entre las corrientes termohalinas y el clima global:

https://easac.eu/publications/details/a-sea-of-change-europes-future-in-the-atlantic-realm

 

Referencias
Alonso, B., Ercilla, G., Casas, D., Stow, D.A., Rodríguez-Tovar, F.J., Dorador, J. y Hernández-Molina, F.J., 2016. Depósitos de contorno vs depósitos de flujos de gravedad del Faro Drift del Pleistoceno (Golfo de Cádiz): Enfoques sedimentológicos y mineralógicos. Marine Geology, 377, pp.77-94.

Canals, M., Puig, P., de Madron, X.D., Heussner, S., Palanques, A. y Fabres, J., 2006. Aflujo de cañones submarinos. Nature, 444(7117), pp.354-357.

Integrated Ocean Drilling Program - Expedition 339 Scientists, 2012. Aflujo mediterráneo: significación ambiental del agua de aflujo mediterráneo y sus implicaciones globales. IODP Prel. Rept., 339. doi:10.2204/ iodp.pr.339.2012.

Rebesco, M., Hernández-Molina, F.J., Van Rooij, D. y Wåhlin, A., 2014. Contouritas y sedimentos asociados controlados por procesos de circulación de aguas profundas: Estado del arte y consideraciones futuras. Marine Geology, 352, pp.111-154.

Thomson, R.E., Davis, E.E., Heesemann, M. y Villinger, H., 2010. Observaciones de corrientes de fondo episódicas de larga duración en la Trinchera de América Central: Evidencia de flujos de turbidez iniciados por mareas. Journal of Geophysical Research: Oceans, 115(C10).

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